Los periodistas estamos en una fase algo adulterada, dándole la vuelta al periodismo enlatado y las ruedas de prensa de partidos políticos, sindicatos y organizaciones, que nos venden la información al peso, sin mirar por la calidad.
En este momento, hay que abrir debates críticos. Somos conscientes de que la generación de nuestros hijos va a vivir peor que nosotros. Por tanto, los periodistas somos los que hacemos contenidos, tenemos que ser gestores de contenidos, utilizando herramientas.
Periodistas en continua formación
Debemos prestar atención a la forma, con estas aplicaciones sin ser meros informáticos, pero no perder de vista el fondo, que es el contenido, lo más importante.
Los profesionales de todo esto debemos tener en cuenta la comunicación, la información y el conocimiento. Nuestros verbos son buscar, comunicar, publicar, producir y organizar.
Herramientas digitales
Una herramienta imprescindible es el correo electrónico de Google. El Gmail hay que utilizarlo siempre, principalmente, en la faceta profesional. Así como otras funcionalidades de Google, como Drive, que nos permite hacer documentos (hojas de cálculos, texto, presentaciones, etc.) de forma compartida o privada. También podemos crear formularios y encuestas de manera muy sencilla. Y no olvidemos el Calendario ni los Hangout, conversaciones y videoconferencias.
En cuanto a la ubicación, es muy importante geoetiquetar tu blog o página web. Hay varias herramientas, por ejemplo, mygeoposition.com. No hay que pasar por alto las nuevas herramientas para visualizar datos o el periodismo de datos, con estadísticas e infografías.
Redes sociales
Por supuesto, un capítulo aparte para la prensa son las redes sociales. Twitter es la red social por excelencia para periodistas, es el mejor micrófono y altavoz. Facebook es más destacable a nivel comercial y si queremos plasmar el trabajo en una Página. Youtube nos interesa si editamos material multimedia.
Concluyamos volviendo a las clases de periodismo: tengamos un máximo de 15 palabras clave; realicemos o difundamos vídeos y fotografías adecuadas, con una mínima calidad; utilicemos un lenguaje que no induzca a la doble interpretación y seamos rigurosos.
