La reputación personal es un valor tan importante como lo que vale una marca de una empresa o el conocimiento. Es un bien intangible de suma importancia, que se va creando paso a paso, a lo largo de la carrera profesional. Según el Diccionario, «reputación» significa «Opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo» o, como segunda acepción, «prestigio o estima en que son tenidos alguien o algo.

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Etimológicamente proviene del latín ‘reputare’: considerar algo o podar selectivamente de ‘putare‘ y el prefijo ‘re‘ de reiteración de esta idea. La etimología siempre nos ilumina en el origen de las palabras.

En el ámbito profesional y de la trayectoria laboral de una persona, la reputación es un valor muy importante y delicado si el sector en el que se trabaja lo es. Ligado al prestigio, la consideración social y la opinión que tiene el entorno o la sociedad sobre uno mismo. Profesionalmente, es un concepto apegado a la marca personal, un valor en alza. Unidos ambos desde el enfoque digital, la reputación online es un factor clave. Es la percepción en redes sociales y en internet que tienen sobre nosotros nuestros públicos objetivo.

Ambos valores, el de reputación y marca, están unidos con el desarrollo profesional de cualquier persona. Un trabajador tiene su vertiente laboral si lleva a cabo su empleo por cuenta ajena en una empresa y tiene su faceta profesional si ejecuta acciones relacionadas con su ocupación o profesión. Es importante diferenciar ambos caminos. Un funcionario puede trabajar en una administración como personal técnico, pero a la par en su tiempo libre le gusta ampliar los horizontes de su faceta de trabajador social, por la carrera que estudió. Un fotógrafo puede desempeñar su empleo en una revista de tirada nacional, pero también plasma su pasión principal por la fotografía ambiental en su página web de paisajes y cambio climático. Una enfermera está empleado en un hospital en el área de Urgencias médicas, pero su vocación de salvar vidas y ayudar a la gente le ha llevado a viajar a países en desarrollo para formar parte de un proyecto humanitario de curación a pacientes sin medios económicos.

Tras este paréntesis, la reputación digital es un activo intangible, pero dinámico. Se valora comparándose con otros profesionales o marcas, debe enriquecerse y promocionarse en función de innovaciones tecnológicas y es relativa: en algunos grupos se puede tener reputación o prestigio y en otros, ser un completo desconocido. Se logra con contenidos de valor en internet y redes sociales, interactuando con otros; con coherencia y consistencia.

En el «Informe Approaching the future. Tendencias en Gestión de Intangibles 2017«, desarrollado por Corporate Excellence, se señala el indicativo sobre reputación empresarial y la notable importancia que adquieren los empleados como activo fundamental de este intangible. El Foro APC de la Reputación, Comunicación y Gestión de Intangibles ha tratado este aspecto tan relevante como abstracto, pero antiguo como la vida misma.

Conclusiones en la gestión de intangibles:

  • confianza: el 53% población cree que el sistema no funciona
  • storytelling: el relato es importante para una marca
  • sostenibilidad: el 97% de los CEO la considera importante para el éxito de su negocio
  • empleados: son los embajadores de marca de la empresa
  • transparencia: primordial

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