Lo más importante que tiene una empresa, aparte de los productos o servicios, es su capital humano. Para conseguir que tu plantilla sea prescriptora de la marca debe haber un trabajo previo en la empresa, es decir, se debe abonar el terreno para propiciar este resultado, que es la acción de los influencers internos. Estos trabajadores-palanca actuarán a partir de una cultura de empresa, propicia y encaminada a la marca profesional como herramienta de marketing, con un estilo sugerente y a través de experiencias, fomentando la credibilidad del mensaje.

Debe haber unos pasos anteriores, como son:

  • cultura de empresa: la empresa debe fomentar la transmisión de los valores empresariales para que sus empleados actúen de altavoces en redes sociales;
  • gestión de contenidos: la compañía podrá elaborar una especie de guía de hitos o acciones informativas a modo de ayuda o consulta para aconsejar la forma de difusión, ayudar a los poco hábiles y asegurarnos que no haya distorsiones;
  • pasión y contacto: practica con la propia plantilla y comparte logros, éxitos y novedades en reuniones y charlas para provocar esa prescripción de forma interna y así actuar de modelo;
  • premios y visibilidad: gratifica a quien desarrolle esa labor de influencer con recompensas y reconocimientos;
  • diversificación: explica todos los canales de comunicación de la empresa para que los propios empleados puedan elegir la red social que mejor se adapta a su forma de actuar.

Endomarketing con embajadores internos

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Un empleado contento sabrá aprender a crear marca personal de la empresa si tiene señalado un horizonte corporativo, es decir, llevar a cabo el endomarketing. En este Plan Social, debemos tener en cuenta sus orígenes para cultivar sus mejores habilidades e inducirles indirectamente a la difusión socialmedia. Circunstancias que debemos tener en cuenta sí o sí en esta comunicación:

  • perfiles personales y/o corporativos: creemos la base de lo que proyectarán, ya sea desde cuentas sociales corporativas para cada empleado o sea desde perfiles personales, pero con inmersión en mensajes corporativos;
  • configuración de perfiles: cumplimentar los datos principales de sus cuentas desde un ordenador -no desde una tablet o móvil, ya que las funciones se restringen- y optimicemos esta imagen;
  • líneas de comunicación: a modo de gestión de contenidos, marquemos un «camino» por el que deben andar para facilitar su capacidad de embajadores de la marca;
  • desvinculación: dejemos claro la importancia de no hablar de la empresa si son censados o se van de la compañía.

Los trabajadores son un factor clave en la comunicación de la empresa, podrán ser quien remonte una crisis de comunicación, en el caso de que un producto falle estrepitósamente hasta consecuencias tremendamente graves. Nos acordamos de la crisis de Volkswagen, las baterías de Samsung o la metedura de pata en Twitter de la marca Hackers en México y seguramente una crisis de reputación pueda ser remontada, para recuperar la credibilidad, remando entre toda la plantilla por las aguas de internet para mantener a flote la marca.

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